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Una verdad a medias es una victoria siniestra

Publicado: 2012-04-16

El triunfo del gobierno en la liberación de los 36 rehenes es tomado con pinzas. El hecho sorprendió a la agenda presidencial del mandatario Ollanta Humala, y ni la prensa oficial pudo hacer notar lo contrario. La foto lo dice todo: El pueblo le reclama urgente presencia del Estado en Kiteni y Kepashiato.

Analicemos desde la vista del halcón. Priorizando la Cumbre de las Américas a una crisis - que cualquier gobernante del orbe haría sacrificar, el Presidente se fue a Colombia, dejando al ministro de Defensa como portavoz de la 'estrategia', y a un  Premier (desaparecido). Se busca urgente.

Las contradicciones entre la versión oficial, y las declaraciones en caliente de los rehenes, además de las declaraciones de los familiares, dejan al Presidente con una verdad a medias: “Victoria importante e implacable". Sorry, tan importante es como para no quedarse en el país y conducir el rescate (o liberación) ¿Implacable? No sé a cuáles de las acepciones se refiera: ¿Severo?

Si el gobernante hubiera estado más informado no habría vacilado en esta declaración triunfalista ¿Qué o quién le tapa la visibilidad? Debería ser más sobrio: Policías desaparecidos. poblaciones asustadas. Amenazas de bombardeos. Ningún golpe a los captores. Cómo puede ser la Operación Libertad tan optimista, ante la confusión en la opinión pública.

Los ex rehenes manifestaron frente a las cámaras de Canal N que los liberaron y que el Ejército no tuvo nada que ver. El ministro Otárola quedó mal; peor con lo que se dijo: Que los cercaron a los mal llamados narcoterroristas hasta el punto de liberar a los empleados del Gas de Camisea, en Cusco. Es inverosímil.

Seguimos pecando de triunfalismo, un fórmula del fracaso en la lucha contra el terrorismo, sedición o narcotráfico: soberbia y desconocimiento real del enemigo. Recordemos el ochentero gobierno de Belaúnde para ser menos entusiastas, y más exactos.

Porque si hubiera sido una victoria - calculada en el resultado hasta el último-, los flashes caerían en el momento exacto y Humala hubiese tomado el Antonov para la foto de portada con las víctimas a salvo.

Generalmente, cuando el ejército acorrala a los captores, hay reportes de inteligencia de primera mano, hacia el Ejecutivo.

Porque digamos que la foto con los rehenes liberados vale más que la foto del rescate de la mina Cabeza de Negro, como pasó en los días previos en Ica. Y sería una anotación ante el mundo. Más que la Cumbre. Pero no se dio. O no se tuvo realmente el control. Hubo factores externos que se dieron y que hicieron su tarea. Tenemos derecho a dudar de los que nos dice la empresa de gas con el nulo negociado.

A buena hora están sanos y salvos los que fueron rehenes. Que por ser de Cusco, y no de una embajada, igual tienen que ser resaltados por la vida y sus derechos  individuales. Que le caiga todo el peso de la ley a los delincuentes.

Pero la población necesita saber la verdad de lo sucedido. Valorar a policías y militares, de acuerdo. Más importante es resguardar el exilio de civiles, ante las denuncias de bombardeos.

Otra: La nula presencia del Estado en esas zonas.

Una verdad a medias es una victoria siniestra.


Escrito por

Luis Torres Montero.

Periodista. Columnista y escritor. Videorreportero. Comprometido con la libertad de prensa, el arte, y los derechos humanos.


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