Calles Azules, veredas rojas. En el camino a la casa de mi novia -en la custer, los audífonos suenan en vano. Esto sucede últimamente cuando se acerca el Monumental al último paradero del lugar de mis besos.

No, nada que ver: Mis dispositivos suenan a la perfección desde el celular, en los jeans,  pero el tema de la canción, el coro, la estrofa y el bis se aglutinan en un sentimiento triste…extenso...Todas las songs son lo mismo, bro: la mecánica violenta de nuestros errores como sociedad.

Entonces debe ser mi estado de ánimo. El lugar. El país. La violencia. La intolerancia. El desarraigo. La rabia. Tristeza. Los dirigentes. La barra. Las drogas. El trago. Todo ya es nada.  Una fotografía faltosa de Caretas incrustada en un observatorio lleno de abedules. Como si las luces de los conciertos del estadio desaparecieran en un apagón planetario…sin avisar.

Una ausente sonrisa dejó que algo dañe el ambiente y nos llenó de heridas y desconfianza entre nosotros mismos (Todo está movido en Lima, como bailarinas de ballet sobre una acelerada ruleta). Las camisetas se despintan.

Y es que no me saco de la panorámica de las sienes la vida truncada de Walter. La explicación natural de los iguales dictan un por qué, cuando algunos buscan ya el cómo, sin embargo todo esfuerzo es irreversible para la gente que lo quiso. Y hoy es su cumpleaños 24.

El crimen abusivo de los palcos de la tribuna sur del estadio de Gremco: Los salvajes buscaban capturar un pedazo de tela. Él, defender a seres humanos.

Estoy en el jardín soleado de la falsa primavera. Veo los cielos engañosos de Ate y la Molina juntos, y qué injusta es la puta vida, carajo, conchasumadre pero a veces a la tristeza hay que malapalabrearla para combatirla. La abrazo a ella. Siento tranquilidad.

Y todos los comments de cariño en Facebook y todos los de odio en desigual fuerza: El amor venció.

Todos estamos como unos monos tratando de escalar la montaña de una explicación del destino. Las palabras del padre de Walter nos vuelve humanos:

murió por defender a unas jovencitas y niños, sólo los hombres buenos y de valor reúnen tanta gente en su hora final.

No puedo decirle a Walter, con facilidad, un Feliz cumpleaños. Se me anuda la garganta y el silencio azul aprieta ¿Se imaginan lo que es para su familia y amigos? Para los que no te conocimos vemos tu real espíritu en las palabras de tu padre generoso: su manera de actuar, de hablar, de tener la calma para afuera le habla a todos tus peruanos de cómo eras, un mucho de él: un pata pata pata.

Japi diablo, "Loquito", dicen todas las guapas por ti y te mandan el adiós finito.

Porque siempre estarás en sus corazones otra vez.

PD.- ¿Y ya viste que están capturados los insulsos cobardes? No, no es un regalo por éste, tu día. Me parece que, como dicen por ahí, es lo que ahora significas para miles: tú eres la camiseta. El valeroso hombre de las rayas blancas y azules.