La pelota desapareció. El Monumental se hunde en una fosa común de sentimientos compartidos muy lamentable y condenable. Oraciones para Walter y solidarizarme con su familia y que capturen a los salvajes y jamás llamados hinchas porque sus inocencias se perdieron para siempre cayendo a metros de altura desde el palco C-128.

Éste es el Tarata de la violencia en el fútbol.

Fe. Basta de decirse "cagones" ni "gallinas": acá se trata de la vida. Respeto. Todos tenemos mucho qué hacer. Paz. Paz para mi gente. No llenarse de odio ni resentimiento. Existe la justicia y confiemos en ella, aunque nos cueste el dolor...

Este escrito va para los rincones y periferias, a las pandillas más osadas y a la gente con mucha bronca les pido tranquilidad. Aunque esta columna no la lean muchos navega en el aire de ondas pacíficas y por eso escribo hasta llegar a ustedes con el corazón lector.

La solución no es solo capturar a los responsables -porque vendrían las represalias-. Es por eso el motivo de estas líricas. Fomentemos una campaña de la No violencia en las calles, una toma de conciencia en general, desde cada frente ¡Presión! No solo para que solitos se entreguen los responsables sino para construir una cultura de paz para las futuras generaciones.

Soy blanquiazul. Y le digo a mi gente: No a la venganza. No más. Basta. Igual para cualquier barra brava. Oremos por nuestro amigo. Mas dejemos a las autoridades que hagan su trabajo:

Un minuto de silencio y mil horas de justicia.

(Sigue la tristeza, armonía en el aire que me contagió. Puede aplacarse con el mar. No. Comunicarse con un más allá y decirle: “tranquilo, hermoso, se hará justicia”. Y abrazarlo sin más.)