#ElPerúQueQueremos

Fakin patética realidad

Publicado: 2009-02-26

En Chichalandia, el país de mi locura, la realidad siempre le saca la vuelta a la ficción.

Desde el chote soberbio del gobierno peruano a una donación alemana pro Museo de la Memoria – no le interesa ni como posible ganga para futura venta, you known, un Collique versión tapa crímenes de lesa humanidad-, hasta el inevitable TLC con Chile, que además de soportar su almizclero festival de Viña del Mar, tenemos que abrirnos, misma Katsumi, a esa economía como si fuera de urgencia. Sencillamente, y por las piernas duracell de las diablas del carnaval cajamarquino, tanta amistad entre países sólo es bisnes son bisnes bajo la mesa.

 Primero que Chile nos devuelva el Huáscar, delimiten bien la frontera marítima y ¡eso! Les regalamos nuestro mercado, y fácil Claudio Pizarro compra la U. Católica para llevar allá su mancha de jugadores que él influye, con esa empresa argollera y evasora de impuestos.

Es un fakin World, man, todo está más contaminado que útiles escolares chinos. Chichalandia es powerful, místico, pero ser chichalandero es otra cosa, mis nais nais sandungueras y mis killers imaginistas, hambrientos de un mundo mejor o menos estúpido.

Si han escapado 4 narcos (uno de ellos, causa de Rómulo), con hábeas corpus bambas, es increíble que Leonardo Caparrós, jefe del INPE, siga en su cargo. Encima con sus asesores muñecos de torta. Uno de estos, Alejandro Eduardo Castro Ángeles, fue famoso por las gollerías dadas a Fujimori, cuando era jefe de su carceleta; hasta el punto de usar su celular, del Estado, para que el Chino llame a Japón.

La ministra de Justicia, Rosario Fernández, engríe a estos bad boys. La titular no está bien de la cabeza desde la última vez que visitó Panamericana Televisión, so fuerza de choque. Le habrá caído un rodillazo, qué sé yo.


Escrito por

Luis Torres Montero.

Periodista. Columnista y escritor. Videorreportero. Comprometido con la libertad de prensa, el arte, y los derechos humanos.


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